CELAYA HUNDIDA

hector redes

TRINCHERA CIUDADANA


CELAYA HUNDIDA


El viernes pasado acababa de escribir mi columna sobre la visita del presidente López Obrador a Washington cuando una nueva tragedia cubrió de luto a la ciudad. Hombres armados ingresaban a un Verificentro y acribillaban a cinco personas que estaban en su vehículo esperando turno.

Sin deberla ni temerla, cumpliendo con un deber ciudadano encontraron la muerte de la manera más espantosa, más irreal, más cruenta, más ilógica. Se convirtieron en víctimas de una violencia imparable que no hace distingos, que no conoce límites, que no tiene piedad.

Las cinco víctimas se suman a los miles de vidas que se terminan abruptamente en Guanajuato, donde ciertamente y como dice la canción “La vida no vale nada”.

Celaya vuelve a sangrar porque durante años se ignoró el tema de la inseguridad. Celaya sufre una vez más con sus familias destrozadas para siempre ¿cómo poder entender la muerte de un hijo que iba a verificar su carro? ¿Cómo poder procesar semejante sin sentido? Simplemente no puedo ni podré imaginármelo.

Nuestra ciudad es tristemente un barco a la deriva con autoridades temerosas que se escudan en la competencia de ámbitos. “El tema es federal, a mí ni me pregunten”. El gobierno federal acusa corrupción en el gobierno estatal y mientras se pelean, los ciudadanos a merced del crimen, sin nadie que nos proteja, con miedo, con desesperanza, con desasosiego.

La marcha del pasado domingo fue conmovedora. Mientras los autos avanzaban comencé a observar los negocios cerrados por extorsión, por ataques armados, la tienda de muebles incendiada en aquel aciago sábado. Economías destruidas, familias que tuvieron que esconderse, otras que pudieron huir.

Celaya no aguanta más, no quiere más excusas, no quiere politiquería. Celaya clama soluciones. Si hay algo que tenemos claro es que a las autoridades les valemos madre. Son sordas, omisas, flojas, están de paso y voltean hacia otro lado.

Está en nosotros, en nuestra exigencia, en nuestra organización, cambiar el entorno y regresar de nuevo a aquella apacible ciudad de provincia que tanto queremos.

Esto ya no puede detenerse. Que la caravana sea constante. Ya nos dimos cuenta que las autoridades siempre le apuestan al olvido, a que al dolor se lo lleve el tiempo.

¡Nunca más! Por Andrés y por todos los que faltan.


MI PÉSAME

Con el señor Arturo “Cachis” Fernández compartí muy gratos momentos en la escuela de natación Acuatic. Es un tipazo, amable, dicharachero, servicial, generoso. Sé que no hay palabras que puedan mitigar la pérdida.

Lo abrazo a la distancia con pesar e impotencia.

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17/07/2020

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