De dos temas famosos y dos compositores desconocidos
Cuando vemos una serie en televisión, la canción de apertura o final permite que identifiquemos el programa de nuestra preferencia o que por su continua reproducción se convierta en ello y en varias ocasiones vayamos tarareando el tema. No es fortuito que varias de estas piezas sean encargadas a músicos reconocidos y por consiguiente se transformen en eso que llamamos clásicos. También es una realidad que no siempre nos enfocamos en los compositores y por ello los condenamos al olvido.
Una prueba de lo que comento, es por la electrónica introducción del programa El Chavo del 8, el cual los oídos de un alto porcentaje de mexicanos e hispanoparlantes reconocen, pero no muchos saben el autor de tan famosa pieza musical. Evoco a don Roberto Gómez Bolaños, por la cantidad de notas que siguen apareciendo relativas a su persona: que si cumplió seis años de muerto, que si la ocasión que él y Diego Armando Maradona se conocieron, que si ya le salió su clon metalero en Argentina y gracias a ello, hasta tiene trabajo de imitador, el clon, aclaro.
A todo esto le agregamos los constantes memes que aparecen en la red relacionados con el señor Bolaños y que al igual que muchos de ustedes, disfruto de ese extraordinario e ingenioso humor efímero que consiste en imágenes modificadas y textos agregados. Recién vi uno que hace referencia al Chavo del 8 y su director Enrique Segoviano, persona encargada de varios programas televisivos, como el ochentero Odisea Burbujas, el cual muchos recordaran y que es menos conocido para las nuevas generaciones, pero les puedo decir que eran botargas de una lagartija que convivía con un abejorro de su mismo tamaño, un sapo paps que tenía por ahijado a un ratón mimado, acompañados de un científico que rayaba en la neurosis y unos enemigos medio pendencieros, entre los que había uno que se llamaba Peter Punk, (no confundir con el personaje de Disney) quien en la serie contaminaba con música rock, en una época que Televisa era más moralista y menos tolerante, asunto que en otra ocasión les compartiré.
Retomando a los temas musicales de los programas en mención, los seguidores y no del Chavo, fácilmente pueden reconocer la pieza introductoria, composición inspirada en la obra de 1811 del compositor Ludwig van Beethoven titulada Marcia alla turca, en buen español, La Marcha Turca, la cual fue modificada o mejor dicho, copiada por el músico experimental francés Jean – Jaques Perrey, quien en 1969 sacó al mercado su disco The Happy Moog, un álbum pionero en la música electrónica y referente e inspiración para futuros grupos franceses como Air y Daft Punk y que contenía la pieza The elephant never forgets, nombre original de la canción.
Desconocemos si este músico nunca vio los programas de Chespirito o hasta muy avanzado el tiempo alguien le llevo la noticia de que le estaban ganando el mandado plagiando la música que él había plagiado, ya que hasta 2009 entabló una demanda por derechos de autor contra Televisa y sus señales fuera del país. Tampoco sabemos de los términos que hayan acordado, pero en la actualidad la pieza se llama Chavosuite, de la autoría de Ludwig van Beethoven, Roberto Gómez Bolaños (¿?), como consta en el disco de la agrupación inglesa Kronos Quartet, quienes la interpretan en su vasto repertorio. Lo que podemos asegurar, es que esta composición difícilmente hubiera sido famosa sin la difusión involuntaria que les dio el programa televisivo.
En lo que respecta a la música de Odisea Burbujas, esta se realizó específicamente para la serie, incluyendo el tema de apertura y los diferentes que se escuchaban en el transcurso de sus programas, encargo que fue hecho al músico Juan García Esquivel, fallecido en 2002. Al menos en México fue su trabajo más comercial, pero cuando lo realizó, ya contaba con múltiples discos y colaboraciones, sobre todo en los Estados Unidos, país donde encontró facilidades para difundir sus creaciones.
Con estudios en música e ingeniería mecánica, Esquivel supo mezclar sus conocimientos para crear sonidos que en la década de los cuarenta y cincuenta del siglo anterior eran desconocidos. Después de haber realizado música para diversas películas en nuestro país, fue invitado por un productor de la RCA para trabajar en el país vecino del norte, donde realizó música y efectos sonoros para varias series televisivas, como Los Picapiedra, Don Gato o las resonancias que escuchamos cuando ejercían su fuerza y aventaban hasta los sillones El Hombre Nuclear (The Six million Dollar Man 1973 – 1978) y La Mujer Biónica (The Bionic Woman 1976 – 1978).
En el pináculo de su carrera, con su orquesta musicalizó shows de Frank Sinatra en Las Vegas, además que le adjudicaron la invención de la música Lounge o Age Pop. Con éxito y fama de acompañantes, Esquivel comenzó a perder piso y quizás pensó que si era con drogas y alcohol, mejor. Por desgracia, se repitió el adagio de que entre más alto vuelas, más fuerte caes y así le ocurrió al renombrado músico, quien tuvo que regresar sin dinero y en calidad de desconocido a México, para ser arropado por Enrique Segoviano y musicalizar las series de los Burbujos, ya sin el glamour que le antecedía, como haber sido nominado seis veces a los premios Grammy. Parte de su legado fue influir en varios músicos y obras musicales, como la introductoria de The Simpsons. También escuchamos fragmentos de sus obras en series televisivas y en la película The Big Lebowski (Ethan, Joel Coen, 1998).
De lo que usamos, comemos, vemos y escuchamos, sus autores son la mayoría de las veces desconocidos y sentenciados a la desmemoria, pero que nos dejan un gran legado, como lo expuesto con estos músicos que son referente de varias generaciones. Nunca está de más un vistazo a esos inventores de lo que tenemos en nuestra cotidianidad.
Y por cierto, de tan pegadizas composiciones ¿Alguien tarareó en esta lectura la Chavosuite o cantó para sí el tema de Odisea Burbujas?
Sus comentarios y sugerencias son bienvenidas al correo
Fecha de publicación: 05/12/2020
